Erase una vez, un niño de 12 años llamado Pepe. Pepe siempre se creía mejor y superior a los demás niños, porque era mejor en los deportes y porque era mas guapo que los demás.
Eso era lo que le gustaba, pero lo que no le gustaba era, nunca estar a la misma altura que los demás.
Un día todos los niños se iban a ir de excursión al campo, y a Pepe no lo evitaron, no porque no quisieran, si no porque el nunca quería venir con nosotros y además, él decía que no vendría nunca a ningún lugar con unos empollones y unos cuatro ojos. Al fin los niños se fueron al campo, pero Pepe en verdad si quería ir pero como eran inferiores no sabia que hacer, pero al fin se fue al campo, escondiéndose entre los árboles para que no le viesen. Pepe aburrido de estar escondido entre los arboles se sentó en una roca, en 2 minutos Pepe ya estaba roncando. Un tiempo muy malo para Pepe, ahora que estaba persiguiéndoles, 2 horas mas tarde se despertó y se dio cuenta de que era de noche, Pepe un poco confuso echo rumbo al norte, que era donde iban sus amigos, o mejor dicho sus inferiores.
Pepe, se perdió del todo y callo al suelo por deshidratación, Pepe pensaba que morería, pero el era superior halos demás y no podía morir de esta manera, pero estos pensamientos no le airan nada de fuerza y al fin se desmayo.
De vuelta a casa, los empollones y los cuatro ojos se encontraron con Pepe, y no duraron en socorrerlo. Los empollones se encargaron de darles todo el agua que pudieran, mientras que los cuatro ojos los transportaban a Pepe a un sitio mas fresco.
Cuando Pepe por fin empezó a moverse, les dijo enfadado que se pusieran de rodillas, porque estaba ante un superior. Los empollones y los cuatro ojos se extrañaron, porque anda que después de haberle socorrido, no nos deje en paz. Pero Pepe se dio cuenta de que ser inferior no estaba nada mal y al fin Pepe les dice levantaos amigos, porque todos somos iguales.
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